Riego de pistas y zonas de paso

Esta ficha proporciona información técnica sobre las diferentes técnicas de riego de pistas y zonas de paso para minimizar la dispersión del polvo de sílice debido a corrientes de aire y movimiento de vehículos y maquinaria.

Es posible que, según las circunstancias específicas de cada caso, no sea necesario aplicar todas las medidas de riego indicadas en esta ficha para minimizar la exposición a sílice cristalina respirable y se deba optar por seleccionar las más idóneas y apropiadas.

Procesos y equipamientos

Se trata de una solución eficaz para grandes superficies que estabiliza el polvo por aplicación directa de agua sobre la superficie de la pista o zona de paso. Pueden instalarse diferentes circuitos permitiendo así el riego simultáneo de las zonas que lo requieran.

Los sistemas por aspersión pueden automatizarse y permiten un control total sobre la frecuencia y caudal de actuación en cada zona según parámetros objetivos, con el consiguiente ahorro en agua utilizada. En sistemas de producción de polvo en discontinuo, se pueden asociar a un detector para que el funcionamiento este asociado de forma automática (por ejemplo: activación con el paso de camiones).

Es necesario diseñar adecuadamente el sistema de aspersión teniendo en cuenta los factores que pueden influir a la uniformidad en la distribución de las gotas de agua: acción del viento, pérdidas por evaporación y arrastre, altura del aspersor, presión, puntos de mayor acumulación o trasiego, etc.

El tamaño de gota de agua será lo más pequeño que sea posible. A menor tamaño, aumenta la eficacia ya que el área de contacto con pequeñas partículas de polvo es significativamente mayor.

Cuando el agua no penetra en el terreno, una gran parte es arrastrada por los neumáticos o permanece en la superficie y se evapora muy rápidamente. Realizar el riego de forma que se garantice una penetración profunda del agua en el suelo (mayor retención del polvo) lo que da como resultado una evaporación mucho más lenta del agua.

Emplear tensioactivos añadidos al agua, sino es posible disminuir el tamaño de la gota, o si está limitada la cantidad de agua que se puede usar. Emplear productos respetuosos con el medio ambiente.

Garantizar independientemente de la época del año una humectación adecuada del suelo que evite que el polvo se ponga en suspensión. En épocas estivales de mayor calor y evaporación o de mayor circulación de maquinaria por las pistas (remoción polvo humedecido) será necesario realizar más ciclos de riego.

En la medida de lo posible regar siempre antes de comenzar a realizar los trabajos.

Asegurar un suministro de agua y presión constante.

No incidir el agua directamente sobre los trabajadores trabajador.

Adoptar las precauciones necesarias para, en caso de frío intenso, evitar la formación de hielo en los sistemas de bombeo y aspersión.

Asociar al sistema, un equipo de filtración del agua, para mejorar la calidad del agua que llegue a la boquilla y disminuir así la posibilidad de que se produzca un atasco por las partículas en suspensión, que suponga que la boquilla quede fuera de servicio.

Recoger el lodo acumulado sobre las superficies, como consecuencia del uso del sistema de aspersión, para evitar que al secarse se movilice el polvo de nuevo y pase de nuevo al ambiente.

Método de uso general muy versátil que permite el acceso a zonas concretas en las que no es posible llegar con otros medios.

Los camiones cuba de gran tamaño dispondrán en el interior de los depósitos dispositivos rompeolas para reducir al máximo los movimientos de agua en el interior que pudieran llegar a generar accidentes, como el vuelvo del vehículo, el alargamiento del espacio de frenada, etc.

El sistema de rociado debe proyectarse lo más cercano posible a las superficies, de forma que se evite la dispersión de las gotas de agua por efecto de las corrientes de aire. El tamaño de gota deberá ser lo más pequeño posible para aumentar la eficacia de captación de polvo.

Controlar que el flujo de agua sea suficiente y acorde a la velocidad del vehículo de forma que se garantice la humectación adecuada de las pistas, accesos, etc.

Emplear tensioactivos añadidos al agua, sino es posible disminuir el tamaño de la gota, o si está limitada la cantidad de agua que se puede usar. Emplear productos respetuosos con el medio ambiente.

En condiciones de baja temperatura tener en cuenta la posibilidad de congelación del agua de riego.

Evitar la formación de charcos que puedan dar lugar a accidentes con el tráfico rodado.

Realizar un control periódico sobre el correcto estado de las boquillas de aspersión, sistema de filtración, limpieza de conducciones del sistema de bombeo. Proteger aspersores frente a golpes de maquinaria móvil.

Garantizar el buen estado de suministro eléctrico, evitar cortes, caídas de tensión que puedan dañar la centralita de programación, en el caso de sistemas de aspersión automatizados.

Mantener en buen estado de mantenimiento la bomba, manguera y el resto de elementos de carga del agua.

Asegurar la máxima visibilidad de la cuba de riego limpiando los retrovisores, parabrisas y espejos.

Deben utilizarse cubas de riego que dispongan de marcado CE, declaración de conformidad y manual de instrucciones o que se hayan sometido a puesta en conformidad de acuerdo con lo que específica el RD 1215/97.

Realizar una evaluación de riesgos según la guía técnica para la prevención y control de la legionelosis en las instalaciones.